Aceites y grasas: de lo bueno lo mejor para preparar en casa
Aceites y grasas: de lo bueno lo mejor para preparar en casa
Vamos a ver recetas prácticas simples para preparar mantequillas de
frutos secos. Pero antes revisemos un poco esas cuestiones de grasa
saturada o insaturada y sus consecuencias en la salud. Si prefieren
pueden saltarse esta primera parte yendo directo a las recetas de más
abajo, aunque les recomiendo que después vuelvan para entender la
importancia de tener alternativas para poner sobre el pan.
Como habrán visto en todo envase de alimentos que compran, en el
cuadro nutricional informa de la cantidad total de grasa y renglón
seguido dice “de las cuales saturadas ...”. Por ejemplo, estoy comiendo
unas galletas y el envase me informa:
“Grasa ………………….. 2,8 g por 100 g de producto
de las cuales saturadas ….. 0,7 g por 100 g de producto”
Todo lo que se escriba en el envase, con la excepción de dos lugares
regulados, es publicidad y no tiene por qué corresponderse con la
realidad. Pueden decirte “sabor a chocolate” y no tener nada de
chocolte, o poner fotos de frutas vistosas y sabrosas y no contener nada
de frutas sino saborizantes artificiales. Los dos lugares regulados y
legales son:
1) donde dice “ingredientes:” informando qué contiene, y
2) el cuadro nutricional, donde informa grasas, azúcares, proteínas, sal y calorías.
¿Por qué hacen diferencia en grasas, y justo en ese cuadro importante y legal?
Porque después de décadas de estudios, todas las organizaciones de
salud pública recomiendan reducir al mínimo la ingesta de grasas
saturadas. (La condición de grasa Trans es algo distinto y más abajo
veremos la diferencia).
La grasa alimenticia puede ser de origen vegetal o animal. El aceite
es una grasa líquida a temperatura ambiente, y la mantequilla y manteca
se presentan sólidas. El que sea líquido o sólido indica propiedades
bioquímicas muy importantes, en movilidad y en interacción con las
células de nuestro organismo.
Toda grasa es una combinación de cadenas de átomos de carbono e
hidrógeno, que se llaman ácidos grasos. ¿Cómo es esto? Los ácidos grasos
son cadenas que contiene de 3 a 36 carbonos (C); cada uno enlazado al
anterior. Como el carbono tiene 4 posibles enlaces moleculares, 2 de
ellos son usados para enlazarse entre carbonos y los otros 2 quedan
libres para ligarse con hidrógenos (H). La figura siguiente es un
esquema de un trozo de esa cadena:
H H H H
│ │ │ │ │
H —
C — C — C — C — C
—
│ │ │ │ │
H H H H H
Si el carbono se liga con 2 hidrógenos no quedan enlaces libres y se
dice que “se saturó”. La falta de algunos hidrógenos, es decir, la
falta de saturación con hidrógenos en las cadenas de carbono es lo que
da el nombre insaturado a los ácidos grasos. Polinsaturado es aquel que
presenta varios hidrógenos faltantes, monoinsaturado aquel al que le
falta sólo uno. Toda grasa que consumimos contiene saturados, mono y
poli insaturados, en proporciones distintas de cada uno. La grasa en un
trozo de carne o la mantequilla tienen mayor proporción de saturados
(lean los envases de esos productos). El aceite de oliva tiene mayor
proporción de monoinsaturado, y los aceites de girasol o canola mayor
proporción de insaturados.
Un ácido graso famoso es el Omega-3, también se llama 18:3 o ácido alfa
linolénico. Este es una cadena de 18 carbonos y tres veces
polinsaturado. El número “3” en Omega indica que el primer Carbono sin
estar saturado se encuentra en la posición 3 de la cadena. Otro ácido
graso común en las plantas es el Omega-6, llamado ácido linoleico o
18:2, significando, de la misma manera, 18 carbonos en fila, 2 de ellos
sin estar saturados de hidrógeno, y que estos se encuentran a partir de
la posición 6 de la cadena. Muy notable, la cantidad de enlaces libres y
la posición en la cadena influyen en la interacción del ácido graso con
la cubierta de las células.
¿Qué tiene que ver esto con la cocina y la salud? Parece que mucho,
porque cuanto mayor es la saturación en una grasa o aceite, mayor es la
dificultad que tiene nuestro organismo en metabolizarlo; tal vez porque
mayor sea la inactividad biológica de los ácidos grasos saturados con
hidrógeno. Ya existe sobrada evidencia de que una ingesta elevada de
grasa saturada conduce a problemas cardiovasculares, que constituyen el
mayor número de casos de enfermedades crónicas graves.
El Omega-3 cobró su fama debido a que los investigadores médicos y
bioquímicos encontraron propiedades muy buenas para la salud en este
ácido graso. En cantidades apreciables este aceite especial está en
algunos pescados pero también en las semillas de lino y en menor
proporción en las nueces.
En la naturaleza, la grasa saturada no es una sustancia abundante. Los
vegetales, incluidas las semillas oleaginosas y las legumbres, presentan
en su mayoría ácidos grasos mono y polinsaturados. Los animales en
estado natural tienen muy poca grasa, y de esta un porcentaje muy bajo
de grasa saturada. Un animal de caza no supera del 3% al 4 % de grasa
total. Esto está bien explicado en el libro The Driving Force: Food in
Evolution and the Future, de los Dres Crawford y Marsh, investigadores
en nutrición del Instituto de Química del Cerebro y Nutrición Humana de
Londres. Además, podemos notar que todo animal criado en forma natural
—por ejemplo, pollos criados en libertad y con alimentos naturales,
renos en Escandinavia, búfalos en las praderas del Midwest en EE.UU.—,
presentan carnes magras, fibrosas y consistentes. Por ejemplo, en ese
mismo libro se destaca que, en 1900, un pollo para consumo presentaba
2,4% de grasa; en 1970 esa cifra ascendía a 8%; y para 1980 se
constataba en 22%. En 1990, en Inglaterra, el porcentaje de grasa en un
pollo para consumo ya superaba al de proteína. Esos científicos también
muestran que, en un pollo comercial la energía debida a la grasa es 6
veces mayor a la que proviene de las proteínas. Y concluyen: “La
búsqueda de ganar peso terminó en un aumento de grasa. La ganancia de
nutrientes no fue parte del diseño”.
El otro ácido graso famoso a principios del siglo XXI es el
Trans (en inglés Trans fatty acid). Uno era el héroe, Omega-3, el bueno,
este otro juega el papel de malo en esta historia. Trans significa una
denominación química que distingue la forma molecular; no la
composición, sino la forma geométrica de esa molécula. La interacción de
las grasas y aceites con nuestro cuerpo es muy delicada y compleja. Una
“patita” libre en la cadena de ácido graso o una forma un poquito
distinta pueden producir grandes cambios en las interacciones con las
paredes celulares. La forma natural de los aceites y grasas es Cis, un
nombre que le pusieron los químicos a una geometría que la naturaleza
eligió para la mayor parte de sus ácidos grasos naturales. La forma
Trans es poco común en estado natural pero muy abundante en las grasas
hidrogenadas, o parcialmente hidrogenadas que se fabrican a partir de
ácidos grasos naturales. Parece ser que nuestras células no están
adaptadas a tratar con las grasas Trans.
Hidrogenar un aceite significa saturarlo con hidrógeno. Se lo
calienta y mezcla con hidrógeno, con lo cual, de un aceite líquido y
mayoritariamente insaturado se fabrica un aceite sólido y mayormente
saturado. ¿Para qué se hace esto? Según el Dr. Ross Hume Hall, es un
proceso que deja a las grasas muy estables en el tiempo y resistentes a
las temperaturas, entonces conviene a la comercialización. Es tan grande
la cantidad que se comercializa que los costos han bajado notablemente.
Es la grasa más económica, aunque al mismo tiempo, sin embargo, la
menos recomendada por la Organización Mundial de la Salud (www.who.int).
La OMS dice bien claro: restringa el consumo de productos con grasas
Trans; ¿dónde se encuentran?: en aceites hidrogenados, parcialmente
hidrogenados, óleo margarina, y margarina, a no ser que digan
expresamente que no lo contienen. Hay métodos que hidrogenan y no
producen forma Trans, pero de todos modos lo que queda es una grasa
saturada, que tampoco es conveniente.
La grasa de coco está de moda como una grasa saludable; sin embargo, no
es lo que encuentran los investigadores médicos. Pueden leer un resumen
en Journal of the American Medical Association, 8 de abril 2020, página
E1, escrito por Jennifer Abbasi, con el título “Coconut Oil’s Health
Halo a Mirage, Clinical Trials Suggest”. Cerca del 90% de la grasa de
coco es saturada y llamaba la atención que hubiese una excepción a las
consecuencias cardiovasculares. Explican en la nota que diversas
investigaciones muestran que la grasa de coco aumenta el colesterol
total y el liviano (colesterol malo) con lo cual aumenta el riesgo de
enfermedades cardiovasculares. Comparado con la mantequilla de leche
resultó con menor aumento de colesterol, pero comparado con aceites
vegetales de soja, canola y oliva resultó peor. Los autores de las
investigaciones se sorprenden que después de décadas de consenso y
alertas sobre las grasas saturadas este producto haya tenido tanto éxito
de mercado.
Mantequillas y mantecas con frutos secos
Si tienen la suerte de encontrar en el comercio una buena mantequilla de
sésamo o de maní que no tiene aceite vegetal agregado ni azúcar, bueno,
se evitarán el trabajo de prepararla en casa. De todos modos son cosas
distintas porque en casa tenemos la posibilidad de inventar y mezclar
distintos frutos secos, a gusto de cada uno. Además, debido al método
que veremos, la textura fibrosa de la mantequilla casera me parece
mejor.
El procedimiento es muy simple:
1. moler los frutos secos tostados o crudos, según el caso, en una
moledora de café, o con más paciencia y cuidado con una minipimer.
2. en la moledora no se pone agua ni ningún líquido, solamente semillas y frutos secos
3. colocar el polvillo resultante de la molienda en un envase de vidrio o de acero inoxidable
4. agregar sal a gusto
5. agregar agua y revolver. Va más o menos agua hasta encontrar la textura deseada
6. ¡¡No lleva aceite de ningún tipo!! la consistencia se logra con agua y con el aceite natural de las semillas.
7. En refrigerador normal y cuidando la higiene del frasco de vidrio
dura cerca de 10 días en buen estado. Higiene aquí significa no volver
al envase una cuchara que pasó por la boca.
Ejemplos de mantequillas:
Maní (cacahuetes) y lino: muy sabrosa y queda con un toquecito
medio dulzón especial para usar en postres como una crema vegetal. la
proporción es mucho más maní que lino, menos de 10% de lino. Lo que hago
es poner primero un poco de lino en la máquina de moler, como cubriendo
el fondo del recipiente, y luego completarlo con maní tostado. Se muele
bien y se sigue el proceso explicado más arriba para obtener la
manteca. El volumen de la maquinita de moler café no es grande así que
deberán repetir la secuencia varias veces para conseguir una cantidad
razonable. Puede ocurrir que los maníes no se muelan del todo, en ese
caso cuando detienen la moledora separan los trozos sin moler para
agregar en la próxima.
Las fotos muestran la secuencia en el molido de mantequilla de maní, y puesta en el frasco de vidrio para agregarle agua.
a) un poco de lino en el fondo de la moledora
b) encima agregamos el maní
c) polvillo de maní y lino molidos
d) en un frasco de vidrio agregamos agua
Sésamo tostado y lino: El mismo procedimiento, se pone un poquito
de lino en el fondo de la maquinita y se rellena con sésamo tostado. La
proporción es mucho más sésamo que lino, menos de 10% de lino. Se muele
bien y se sigue el proceso explicado más arriba para obtener la
manteca. El volumen de la maquinita de moler café no es grande así que
deberán repetir la secuencia varias veces para conseguir una cantidad
razonable.
Sésamo, semillas de zapallo y lino: lo mismo, un poco de lino en cada
maquinita llena de sésamo o semillas de zapallo. Como se mezcla después
en el frasco de vidrio, no hace falta mezclar zapallo y sésamo en la
máquina, pueden hacer moliendas separadas y así controlar cuánto de uno y
otro quieren poner. La proporción de sésamo y zapallo es a gusto de
cada uno, el lino siempre mucho menos, menos de 10%.
Girasol (maravilla) y lino: igual a las anteriores
Girasol, sésamo, zapallo, maní y lino: bueno, ya que estamos en inventar puede ser un volumen de moledora de cada uno y un poco de lino. Todos los frutos secos tienen excelentes propiedades nutricionales; aunque, como cada uno tiene más de alguna cosa especial, mezclar o preparar distintas de semana a semana es una muy buena idea para abastecerse de esos nutrientes tan valiosos en los frutos secos.
Nueces y almendras, con un poquito de lino: el aceite del lino contiene cerca de 40% de Omega-3, es la semilla que, de lejos, es la que más contiene, por eso mi insistencia. Dos alertas: a) las nueces son bastante pastosas para moler, se puede pero con cuidado, b) las almendras son difíciles porque por su forma alargada pueden meterse debajo de las cuchillas de la maquinita y trabarla, cuidado. Moliendo almendras rompí las cuchillas de la moledora, de ahí aprendí. Conviene partir las almendras picándolas un poco.
Castañas de cajú para Bechamel (salsa blanca) sin leche ni mantequilla: se usa cajú crudo, se muele y se va agregando al agua caliente hasta lograr la consistencia deseada. Agregar sal y otros condimentos a gusto. Es una bechamel suave, muy digerible que va muy bien con vegetales para preparar recetas veganas, pero también en lasagnas tradicionales.
Bechamel, lo mismo con nueces y/o almendras: es más espesa y densa que la que sale con cajú, prueben.
Y muchas variantes más de acuerdo a creatividad y disponibilidad de otras semillas
En todos los casos, y al igual que ocurre con las alergias a los
lácteos, tengan cuidado con sus posibles alergias a determinados frutos
secos. Sobre todo en niños que aún no los hayan probado.
Como les decía más arriba, es raro pero puede que encuentren buenas
mantecas vegetales en el comercio. En ese caso serán mantequillas
preparadas por prensado de semillas, como el tradicional Tahini, una
pasta de sésamo muy consumida en Medio Oriente. La versión casera que
hacemos es distinta en el sentido de que el medio que aglutina y da
textura es el agua y no el aceite de la molienda. La forma de partir la
semilla que tiene la moledora de café no separa el aceite sino que hace
un molido fino. Dicho de otra forma, no hay aplastamiento como para que
se extraiga aceite. En este sentido me gusta más la versión casera
porque toda la fibra queda en la pasta y se consume. Por supuesto que
también queda todo el aceite natural que traen los frutos secos, no se
fueron a ninguna parte en la molienda, los aprovechamos al 100%. La
fibra y la textura final también hace que estas mantequillas no sean
pegajosas al paladar, como es el caso general del Tahini o la pasta de
maní comerciales. Por otro lado, en nuestra versión casera estamos
seguros de los ingredientes que usamos y no nos exponemos a aditivos
extraños, sobre todo el agregado de aceites hidrogenados baratos para
bajar el costo del producto, pero también su calidad.
Desde mi infancia, y lo he visto también ahora en argentinos
jóvenes, he sido víctima del prejuicio contra el maní, un malentendido
muy arraigado en Argentina. Como es de bajo precio (¡¡por suerte, algo
de bajo precio y súper nutritivo!!) entonces se lo tiene por menos que
las nueces y almendras. Si comparan uno a uno los contenidos
nutricionales (tablas por ejemplo en https://fdc.nal.usda.gov/) verán
que no existen muchas diferencias. Unos tienen un poco más de un
nutriente y otros tienen más de otros, sin mucha importancia en las
diferencias. Otra semilla súper nutritiva y económica es el girasol. El
principal para el Omega-3 es el lino, la más económica de todas. Vamos
bien. Entonces, no presten atención a los prejuicios de ricos y famosos,
si no disponen para gastar en los frutos secos caros no se sientan
menos por proveerse de maní, girasol, lino y algún otro que encuentren a
su alcance (el sésamo es de precio medio). Nutricionalmente son todos
excelentes.
Lo importante es salirse del consumo habitual de grasas saturadas,
en muchos casos porque a uno no se le ocurre cómo reemplazarlos en
desayunos, sandwiches, picadas y snacks. Aquí tienen varias
posibilidades. Si van al libro de cocina gratuito en este blog, “Yo
cocino, tú cocinas”, encontrarán también recetas de patés vegetales con
legumbres (garbanzos, alubias, lentejas, etc.) que completan una
provisión muy saludable para reemplazos de grasa saturada en snacks,
picadas y sandwiches.
Importante, lean esto: este comentario no es una guía médica sino una traducción y discusión comentada de hallazgos científicos y recetas de cocina. Ante cualquier duda sobre qué productos, alimentos o hábitos de vida son apropiados para su caso particular consulte a un médico o centro de salud hospitalario. La lectura de este post no puede reemplazar la consulta médica apropiada.
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