¿Elegimos qué comer, o no tenemos más remedio que cumplir mandatos culturales?
Foto: Ensalada de kale, cebolla y tomate. Arepa de maíz, aceitunas y pescado cocido con zanahoria y cebolla. Las costumbres, las tradiciones, los arraigos, las preferencias culturales, y las actividades sociales no son fáciles de compatibilizar con la salud personal. En alimentación, la oferta en costumbres alimenticias por lo general va a contramano de las recomendaciones que nos llegan de los científicos en 2020. La cultura alimentaria es de los arraigos más fuertes que tenemos. Son hábitos colectivos aceptados por la mayoría y por lo tanto conectados al instinto social de pertenencia al grupo. Es importante tener esto en cuenta a la hora de intentar hábitos saludables y de entender porqué no se logran cambios en la mayoría a pesar de que se informa, se recomienda y se alerta sobre los riesgos. La mayoría entiende muy bien las advertencias, sin embargo, cada uno se transforma en defensor de un mal hábito cuando éste es colectivo. Más aún cuando se asocian ciertos alimentos